Todos sabemos que no es recomendable, pero la cantidad de azúcar que ingieren los niños de hoy en día suele ser mayor de la que deberían. No hace falta comer golosinas para estar ingiriendo cantidades tremendas de azúcar. Los batidos, zumos, galletas y productos ultraprocesados suelen estar repletos de ella. El que un niño tome mucha azúcar no es sólo problema de que su peso se pueda disparar, también puede desarrollar otras enfermedades, como la diabetes. Otra enfermedad asociada al consumo desorbitado de azúcar es la caries dental.
La caries es una enfermedad azúcar-dependiente. Es una enfermedad crónica que cada vez vemos más en niños más pequeños. ¿Quién no ha visto una caries dental? Básicamente veremos un agujerito en un diente. ¿A qué se debe? Los ácidos que producen las bacterias de la placa se depositan en la superficie del diente y destruyen una determinada zona.
¿Por qué es algo grave que cada vez haya niños más pequeños con caries? Pues un niño pequeño con caries en los dientes de leche (o temporales) es altamente probable que tenga caries cuando sea adulto, con el coste que ello supone: dolor, rechazo a masticar, tratamiento odontológico, infecciones de la boca que generan consumo de antibiótico o tener que acudir a la consulta del pediatra o a urgencias,
¿Es el azúcar el único responsable que hace que tengamos caries? No. El más importante sí, pero también hay otros que pueden influir. Poca higiene dental, colonización temprana de bacterias en la boca, la placa bacteriana visible, el que los papás tengan un nivel socioeconómico bajo o con pocos conocimientos sobre salud bucal, mantener tomas de biberón por la noche sin una higiene adecuada o poco flujo de saliva, entre otros. Toma nota: evita mojar el chupete en cosas azucaradas o meterlas en el biberón, tampoco dejes que tu bebé se duerma con el biberón en la boca.
Lo más importante, como en otras enfermedades: la prevención. La prevención tiene 3 patas fundamentales: tomar poco azúcar, llevar una higiene bucal correcta y seguir las revisiones por el odontopediatra. ¿Quién es el odontopediatra? Es aquel odontólogo que tiene formación específica en niños y quien mejor puede aconsejarte sobre la salud bucal de tu hijo.
¿Cuándo debemos comenzar las revisiones? Lo ideal es desde la salida del primer diente. Pero, si no, desde el primer cumpleaños sería una buena fecha para comenzar. ¿Por qué desde tan temprano? Recuerda que vamos a buscar la prevención, no tener que tratar. Así que es importante ir vigilando desde el principio que todo vaya bien.
La tercera pata de la prevención es la higiene dental. Vale. Pero, ¿cómo limpiamos la boca de los pequeños de la casa? Pues depende de la edad, pero comenzaremos desde el nacimiento. Otro dato importante a tener en cuenta, el cuidado de la boca de nuestros hijos es nuestra responsabilidad como padres. Al menos hasta que el niño tenga habilidad suficiente para hacerlo solo, que suele ser sobre los 7–10 años. A partir de ahí, con supervisar el cepillado nocturno será suficiente.
Repasemos qué hacer a cada edad:
1 En el bebé sin dientes debemos limpiar o masajear las encías desde el nacimiento las encías. Utiliza una gasa o un trocito de tela una vez al día. También puedes utilizar un dedal de silicona, que se venden en farmacias o tiendas para bebés. Aprovecha la hora del baño, así coges esa costumbre y nunca lo olvidarás.
2 Cuando salgan los primeros dientes (sobre los 6 meses), vamos a comenzar a limpiar los dientes ya con pasta. Lo haremos un par de veces al día (mañana y noche, con especial importancia a la higiene nocturna). Puedes seguir con la gasa o el dedal de silicona o, si no, usar un cepillo de dientes de bebés. ¿Qué pasta? Atención: no te fijes en la edad que pone recomendada, sino en la cantidad de flúor. Hace unos años, ante el aumento de caries, la Sociedad Española de Odontopediatría cambió las recomendaciones de la cantidad de flúor que debemos usar a cada edad, pero muchas marcas no han cambiado el etiquetado y pueden confundir. Hay dos tipos de pastas que valen, al resto ni caso. A esta edad vamos a comenzar a usar pasta dental de 1000 ppm (partes por millón) de flúor. Y ¿cuánta cantidad? Con medio granito de arroz tendremos suficiente.
3 Si tu niño ya es mayorcito, entre 1 y 3 años, usaremos cepillo de dientes adecuado al tamaño de su boca. El tipo de pasta seguirá siendo la misma, pero un poquito más. Pondremos una cantidad tamaño grano de arroz. Más cosas a tener en cuenta a esta edad: cuando ya salgan las últimas muelas, es bueno enseñarles a los niños a pasarse el hilo o los arcos dentales entre los dientes para que la higiene será completa.
4 Para niños de 3 a 6 años aumentaremos la cantidad de pasta. Ahora el tamaño será como el de un guisante. En función de lo que os diga vuestro odontopediatra seguiréis con la misma pasta de dientes o es necesario pasar a la de 1450 ppm.
5 A partir de 6 años, habitualmente, los niños usan pasta dental de 1450 ppm de flúor, también del tamaño de un guisante. Si el riesgo de caries es muy alto, es posible que el odontopediatra os indique que tu hijo necesite una pasta con mayor cantidad de flúor. Un error frecuente que no debemos cometer: después del cepillado debemos escupir los restos de pasta, pero no enjuagarnos con agua.
Ahora ya tienes toda la información. No tienes excusa ninguna para no cuidar los dientes de los más pequeños de la casa.
Matilde Zornoza
Pediatra
www.pediatra2punto0.com
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