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Pasadas ya varias semanas de quedarnos en casa y ante una desescalada gradual hacia la ansiada y necesaria vuelta a la normalidad, no son pocas las voces que se alzan preocupadas por los efectos a corto y medio plazo que pueda haber generado dicho encierro en las mentes de nuestros niños, todavía en desarrollo, especialmente emocional.
Para los padres y madres han sido días llenos de incertidumbre, de angustia y preocupación ante una situación que nos genera falta de seguridad, de confianza, de certeza y que desarrolla en los adultos una grandísima sensación de inquietud.
Ante una sensación de estrés emocional de este calibre, se nos hace muy complicado manejar nuestros sentimientos delante de nuestros hijos pero no imposible, es un reto asumible y necesario para su bienestar. Nuestros hijos son el reflejo emocional de como seamos nosotros; de como los hayamos educado y de lo unidos que estemos al hacerlo (ésto último también es válido en padres separados).
Creo que uno de los verbos que más podemos vincular a una buena crianza es el verbo TRANSMITIR, una palabra que expresa perfectamente la importancia de ser un ejemplo para nuestros hijos; de ser ese espejo en el que se miren y reflejen un comportamiento día a día que les haga crecer con optimismo, buena autoestima, afectividad y valores.
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Sigamos estos sencillos consejos para saber transmitir:
1 Entendamos que normalidad y tranquilidad deben ir unidos siempre, tanto cuando las situaciones emocionales sean positivas como negativas. Hagamos un ejercicio para interiorizar ésto y variemos nuestra forma de ser sí ésta es más alarmista o negativa.
2 Tono de voz: usemos siempre un tono adecuado a lo que queramos transmitir, así pues, mientras en la enseñanza de normas será un tono firme (que ambos padres deben consensuar); en el juego será más relajado. No olvidemos que en el tono de voz se transmite mucho más del propio mensaje que en sí el mensaje.
3 Seamos un bloque fuerte y unido como padres, ésto es lo más parecido a dejar a un lado ese famoso “poli bueno y poli malo”. Para mi éste es el aspecto más importante a la hora de educar pues el niño va a entender que el mensaje que sus padres le quieren inculcar es solo uno y que no hay fisuras que hagan a los hijos intentar acercarse a quien más les “convenga” dejando al otro padre o madre carente de autoridad.
4 Enumeremos y enseñemos todo lo positivo que ha traído el cumplir las normas y quedarnos en casa: el silencio, el sonido de los pájaros, el azul del cielo, el valor de estar en familia, la sorpresa de conocernos mejor, la importancia de la higiene de manos, entender que tu casa es tu refugio, saber que el arcoiris tiene 7 colores, que jugar a los médicos es como jugar a los superhéroes, que el tiempo no es oro es tiempo, que a las 8 las terrazas se llenan de aplausos, que las mascarillas significan empatía con los demás, que el ingenio español es muy divertido… y sobretodo este confinamiento nos ha enseñado lo que queremos y lo que nos quieren los abuelos.
Frente a ésto hay situaciones que ya están comenzando a hacer mella en nuestros hijos e hijas, sentimientos que muchos comienzan a exteriorizar: la desidia, el aburrimiento, el cansancio, la sensación de estar atrapados entre cuatro paredes… estados de letargo y tristeza que han llevado en parte a los pediatras a aconsejar su salida a la calle.
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Este hecho sin duda aliviará ese decaimiento y ha minimizado los efectos negativos del confinamiento, pero a su vez, nos ha traído situaciones con las que los padres y madres no contábamos:
MIEDO AL BICHO
Expresiones como “ eres un bicho ” o “ vamos a coger bichos” son inviables pues para los más pequeños suponen una acepción negativa que les lleva a pensar en peligro y por ello será mejor hablarles de insectos o sencillamente llamarlos por su nombre.
NORMALIZAR LAS MASCARILLAS
Colocárselas los padres delante de los hijos dará seguridad y confianza. Explicarles que utilizarlas es la mejor forma de entender el significado de la empatía pues “me cuido yo y además cuido a los demás”, hará de este aprendizaje la mejor manera de inculcar una valor tan fundamental.
NO QUERER SALIR DE CASA
No todos los niños quieren o necesitan salir de lo que ha sido su zona de confort durante semanas, es por ello que debemos respetar sus sentimientos y de ninguna manera forzarlos a salir a la calle si no quieren. Sentémonos con ellos y que verbalicen sus inquietudes para que nosotros como padres podamos ayudarles.
Cristina Valdés Arroyo. Educadora y Comunicadora Infantil
Blog “ Primerizos y Valientes”
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