Con el verano, llega el tiempo de disfrutar, las rutinas cambian, los horarios son más flexibles… Pero no hay que olvidar que es necesario mantener hábitos alimentarios saludables también durante esta época. Sin duda, las vacaciones, son el momento perfecto para compartir comidas en familia, introducir nuevos alimentos en los más pequeños, y aumentar la dosis de frutas y verduras a través de refrescantes platos que pueden resultar tan atractivos como apetecibles.
Susana Pérez Sánchez, médico especialista en Pediatría nos comenta algunos aspectos relevantes sobre la alimentación de los niños y consejos adaptados a las diferentes edades.
DE 1 A 5 AÑOS
Esta etapa es considerada como un periodo de transición entre el crecimiento rápido del lactante y el más estable del niño escolar. Existe un menor gasto metabólico, por lo que las necesidades nutricionales del niño cambian.
El niño comienza a tener autonomía para seleccionar los alimentos que se le ofrecen. Así pues, algunos alimentos que eran bien aceptados por el niño comienzan a ser rechazos y viceversa.
ES IMPORTANTE VARIAR LAS FORMAS DE PRESENTACIÓN, COMBINACIONES Y TEXTURAS, PROMOVIENDO ASÍ EL DESARROLLO DEL GUSTO, EL CONOCIMIENTO DE NUEVOS SABORES Y FAVORECIENDO EL INICIO DE LAS PREFERENCIAS DEL NIÑO.
En esta etapa tenemos una gran oportunidad: favorecer la autonomía en la alimentación del niño, por ejemplo motivando la manipulación de algunos utensilios de comida así como enseñando el uso de los cubiertos.
Los hábitos familiares y sociales en relación a la alimentación comienzan a ser adquiridos en esta etapa.
UNA RELACIÓN SALUDABLE CON LA ALIMENTACIÓN DESDE LA INFANCIA INFLUIRÁ POSITIVAMENTE EN LAS CONDUCTAS FUTURAS DEL NIÑO.
En esta etapa gran parte de las relaciones sociales se articulan en torno a la mesa, mediante el juego, en los horarios de comidas compartidos ya en muchas ocasiones con familiares adultos… Para ello, nuestra responsabilidad como padres pasa por animarlos a participar en actividades relacionadas con la comida como: compra y la selección de alimentos, preparación de comidas, poner y quitar la mesa, etc.
Es muy importante cultivar en los niños la curiosidad por los alimentos propios de nuestra región, así como aquellos de otras culturas. Podemos explicarles de forma lúdica el origen de los diferentes alimentos, cómo son los cultivos, ganaderías, los del mar… Favoreciendo la enseñanza de valorar y respetar la diferencia.
CONSEJOS
• Ofrece cada día alimentos variados, que no quede excluido ningún grupo de alimentos. Intenta presentar el alimento de forma repetida respetando los tiempos del niño para que pueda adaptarse a él.
• Puedes modificar las texturas de forma progresiva, hasta alcanzar una textura sólida y favorecer el desarrollo de la masticación.
• Ofrece con frecuencia verduras y hortalizas, sobre todo en comidas y cenas.
• Consumir pescado, especialmente blanco, varias veces por semana para contribuir a la adecuada cobertura de necesidades de ácidos grasos.
• Se recomienda consumir leche o lácteos dos veces al día; o bien productos enriquecidos con calcio y vitaminas del grupo B.
• Evita los alimentos ricos en azúcares simples, como zumos envasados, refrescos, bollería industrial (se aconsejan menos de una vez por semana).
• ¡Aprovecha las vacaciones para hacer tus propios zumos, batidos y helados!
• Aprender por imitación. Somos su ejemplo. Intenta crear un ambiente cálido, de encuentro familiar y disfrute de la comida y favorecer así la vinculación saludable del niño con la alimentación.
• Pilares de autonomía para toda la vida. Son aquellas pautas de conducta en torno a la mesa con la familia que aprendemos desde pequeños. Es necesario enseñarlas, repetirlas y transmitirlas para que el niño las vaya incorporando en las rutinas diarias. Algunas: no hablar con la boca llena, lavarse bien las manos antes y después de comer, compartir y servir a los demás comensales …
DE 6 A 10 AÑOS
En esta etapa hay un crecimiento constante y el gasto por actividad física es más importante que en la etapa preescolar. El niño, condicionado por su entorno, va aprendiendo los diferentes estilos de vida, desde el más activo hasta el más sedentario.
LOS HÁBITOS DIETÉTICOS EN ESTE PERIODO SERÁN LA BASE PARA LA ALIMENTACIÓN FUTURA, ESTABLECIÉNDOSE COSTUMBRES, PREFERENCIAS Y AVERSIONES.
En este periodo nos centramos en adquirir sólidos hábitos de alimentación para que puedan mantenerse en el futuro. Así, nos centraremos en la postura para sentarse correctamente en la silla, favorecer el diálogo entre familiares durante las comidas, evitar las distracciones (comer sin televisión, ni móviles, ni tablets…).
CONSEJOS
• Establece horarios y lugares concretos para las comidas.
• Prepara y presenta los alimentos de forma atractiva. Puedes estimular al niño, haciéndole partícipe en la preparación de la comida y la mesa.
• Intenta que el niño haga 4 o 5 comidas al día, evitando que coma entre horas.
• El verano es una gran oportunidad para promover el consumo de alimentos de temporada y prepara comidas frescas y sencillas donde el niño puede participar.
• Ofrécele cereales integrales o de grano completo, evitando los refinados, y combinarlos a diario con legumbres.
• Mucho mejor consumir la fruta, verduras y hortalizas enteras. ¡Atrévete a hacer zumos, batidos y helados en casa!.
• Intenta variar el consumo de alimentos de origen animal, evitando abusar de las carnes.
Susana Pérez Sánchez. Pediatra.
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