En este artículo te proponemos una dieta saludable para disfrutar del embarazo en verano y algunas claves de alimentación sana durante esta etapa.
Para afrontar el verano embarazada y en las mejores condiciones es fundamental que te asegures de beber suficiente líquido, pues una buena hidratación es esencial para ti y para tu bebé.
Los zumos de frutas, las cremas de verduras fresquitas como el gazpacho y el salmorejo, las ensaladas con una equilibrada combinación de ingredientes, y las frutas frescas y naturales serán tus aliados para combatir el calor.
Debido a nuestro estado y en los días de más calor, es necesario ingerir los alimentos que aporten todos los nutrientes y la hidratación necesaria para evitar complicaciones.
RECOMENDACIONES
Las frutas. Son refrescantes y fáciles de consumir. Aseguran un aporte adecuado de vitaminas y minerales como vitamina C, ácido fólico, potasio, vitamina A o betacaroteno, magnesio, e hidratos de carbono.
Las verduras. Son alimentos pobres en calorías, y ricos en fibra, vitaminas y minerales. Para su elaboración se recomienda hervirlas en poca agua o cocinarlas al vapor, así evitaremos perder la menor cantidad de nutrientres..
Los productos lácteos. No deben faltar por su aporte en calcio, vitamina B2, D y proteínas. El yogur es un buen recurso, pues resulta muy apetecible al tomarse frío y es más fácil de digerir.
CAMBIOS EN EL APETITO DURANTE EL EMBARAZO
Debido al calor y según esté de avanzado el periodo gestacional muchas mujeres presentan falta de apetito. Si es así, puedes seguir algunos consejos:
1. Distribuye la comida en 5 tomas al día. Te ayudará a hacer mejor las digestiones.
2. Consume alimentos nutritivos. Durante el embarazo, es importante mantener el equilibrio entre las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono para que a tu bebé no le falten nutrientes para su desarrollo.
3. Opta por los platos únicos. En lugar de comer el primer y el segundo plato por separado, es mejor que optes por los platos únicos más completos. Ejemplo: verduras o ensaladas con queso; huevo, atún o pollo con arroz, pasta, patatas o legumbres. Siempre debes combinar un alimento proteico (carne, pescado o huevos) con un alimento energético (farináceos).
4. Prueba diferentes y variados alimentos.
5. Bebe líquidos fuera de las principales comidas. Consume al menos 2 litros de agua.
Almudena Martínez
Nutricionista de HLA La Vega
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