España cuenta con algunos de los colegios más seguros de Europa, con la mayoría de los padres asegurando que perciben que las medidas de seguridad se han mantenido igual, o incluso que han aumentado en los últimos años. No solo son muy pocos los riesgos a los que se enfrentan los estudiantes, sino que es poco frecuente que se presenten eventos de peligro para las instituciones.
En parte, se debe a que las instituciones educativas españolas están obligadas a seguir estrictos protocolos de seguridad, así como a invertir en medidas actualizadas, que permitan brindar mayor protección a sus estudiantes y personal. Entre las tendencias más innovadoras de la actualidad podemos encontrar:
Sistemas de videovigilancia
Los sistemas de vigilancia son uno de los pilares de la seguridad escolar, brindando protección a los alumnos en el caso de las amenazas externas, al tiempo que otorgan al personal escolar la capacidad de monitorear los espacios comunes y aulas para asegurar que se mantenga el orden dentro de las instalaciones.
Estos equipos han ido actualizándose con el paso de los años para brindar funciones adicionales como un mejor rango de visión, mejor capacidad de visión en áreas oscuras, e incluso detección de rostros. Sin embargo, es importante recordar que la instalación y uso de estos equipos por parte de las escuelas debe regirse por el derecho a la privacidad de los alumnos.
Inversión en ciberseguridad
La ciberseguridad ha dejado de ser un área donde solo unos cuantos se involucraban, para convertirse en un entramado en el que todos deben participar: desde el departamento de seguridad de la escuela, hasta los maestros y alumnos. Esto se ha vuelto especialmente importante en la última década, donde buena parte de las clases y tareas se ven complementadas por móviles y computadoras.
Esta inversión no solo debe enfocarse en el pago de antivirus para los dispositivos, sino también en la formación del personal y los alumnos al momento de usar los equipos de la escuela. De ser posible, este proceso también debe incluir el uso de dispositivos personales, para brindar una capa adicional de seguridad virtual.
Controles de acceso
La implementación de tecnologías de seguridad adecuadas es crucial para mejorar la seguridad escolar, protegiendo a estudiantes y personal ante posibles amenazas. Es por eso que la instalación de sistemas de control de acceso es esencial en el ámbito educativo, limitando quién entra en las instalaciones, así como en los diferentes espacios de las mismas.
Gracias a que estos sistemas están completamente digitalizados, no solo es posible evitar el ingreso de intrusos, sino que también se puede obtener un registro de entradas y salidas, permitiendo investigar con mayor profundidad en caso de que ocurran situaciones inusuales dentro de la escuela.
Canales de comunicación
Las nuevas tecnologías de información y comunicación permiten la creación de canales mediante los que toda la escuela puede mantenerse conectada, desde la gerencia y los profesores, hasta los padres y los alumnos.
Una de las herramientas más útiles con las que contamos al implementar canales de comunicación modernos son las alertas masivas, ideales para informar a toda la comunidad escolar en caso de que se presenten situaciones de riesgo.
Detectores de humo
La popularización de los cigarrillos electrónicos y vapers en los colegios españoles durante el último par de años ha puesto en alerta a los padres y autoridades. Por este motivo, muchas escuelas habrían comenzado a invertir en sistemas de detección de humo con los que sea posible detectar y limitar esta práctica nociva.
Auditoría tecnológica
La implementación de nuevas herramientas tecnológicas hace que la auditoría de los equipos, así como la revisión constante de los protocolos de seguridad y su aplicación, sea una tarea esencial para generar resultados positivos. Este proceso ayudará a determinar el funcionamiento de dichos protocolos, así como a identificar falencias en el mismo.
Acoso escolar, la asignatura pendiente
Aunque los colegios españoles sean altamente efectivos al momento de proteger a sus alumnos de los peligros que provienen del exterior, lo cierto es que serían incapaces de protegerlos de las amenazas interiores.
Según estadísticas oficiales, alrededor de 220.000 estudiantes aseguran ser víctimas de acoso, con hasta 74.000 estudiantes realizando acciones que pueden considerarse como bullying. Los insultos, amenazas, violencia física, maltrato verbal, acoso sexual, chantaje, aislamiento e incluso la difusión de rumores, son algunas de las formas de acoso más utilizadas en el país.
Si bien se ha experimentado un pequeño descenso en las cifras de acoso escolar durante la última década, se estima que hasta el 20% de las víctimas ha considerado suicidarse.
La inversión en nuevas medidas de seguridad para las escuelas es una prioridad para las unidades educativas de todo el país. Si bien estas pueden no ser tan intrincadas como las que veríamos en las empresas y edificios gubernamentales, sí que cumplen un rol importante en la protección de los jóvenes.
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