Begastri es actualmente un yacimiento situado en el “Cabecico Roenas”, a 3 km del núcleo urbano de Cehegín, en el que se asentaron íberos, romanos y visigodos. El yacimiento de Begastri es uno de los más importantes de la Península Ibérica, de época tardo-romana.
LA HISTORIA DE BEGASTRI
Situado a 3 km de Cehegín, es de origen íbero. El poblado de Begastri nació en el siglo IV a.C. en el Cabezo de Roenas, situado en la margen derecha del río Quípar. La ciudad íbera de Begastri recibió las influencias de los fenicios y griegos, reflejadas en la producción cerámica. Su esplendor llegó en la época hispanovisigoda, cuando fue sede episcopal (desde el siglo III hasta el año 688), una de las primera sedes de España y uno de los puntos de entrada del cristianismo en la Península Ibérica.
La conquista romana de Hispania supuso para Begastri su revalorización con su conversión en municipio, la construcción del foro, villas rústicas para los colonos llegados desde Roma, la muralla y el acueducto para el abastecimiento de agua a la población. Los cultivos begastrenses estaban basados en la trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. La religión cristiana legó su huella en la ciudad con la aparición de sarcófagos paleocristianos del siglo V d. C.
Los visigodos sucedieron a los romanos en el poder y mantuvieron el esplendor de la ciudad.
Los bizantinos anexionaron la ciudad en el siglo VI d. C. y reconstruyeron la muralla en su intento de reconquistar Hispania y restaurar el Imperio Romano de Occidente. La dominación bizantina nos ha legado las cruces de bronce con el monograma de Cristo y las letras alfa y omega en sus brazos.
Los visigodos recuperaron el control sobre Begastri y la convirtieron en sede episcopal, cuyo templo principal era la Basílica de San Vicente. Es en estos siglos cuando la ciudad alcanza su máxima extensión; se levanta un amplio recinto amurallado con, al menos, dos puertas protegidas mediante torreones; la muralla, levantada en buena parte con grandes sillares y que en algunos lugares supera los dos metros.
Posteriormente durante la conquista del reino visigodo por los musulmanes en el siglo VIII, las regiones tuvieron que hacer concesiones y no será hasta la mitad del siglo X, en que la tribu bereber africana de los Zinhagíes, alentada por Almanzor, se asentara en el territorio con el paulatino abandono de la ciudad de Begasti, la destrucción de sus murallas y la posterior fundación de Cehegín.
LA CIUDAD PERDIDA
Con su abandono, la ciudad, en ruinas fue olvidada hasta casi desaparecer, puesto que la acrópolis se reconvirtió con el paso de los siglos en terreno de cultivo.
Ya en el siglo XVII, el hidalgo de la villa Martín de Ambel y Bernard escribe:
“Una tradición general corre en esta villa de que en el cabezo de la Muela y en sus conjuntos, hay mucha riqueza enterrada entre sus ruinas” (…) “ que en el año pasado de 1626 estando sacando (al pie del cabezo dicho) piedra para fabricar una casa” (…) “descubrieron la planta de un edificio, que en su disposición y forma parecía fábrica suntuosa” (…) “se halló una admirable piedra de mármol pardo, hermosamente labrada y tan grande como el mayor altar que hoy se usa” (…) “Tiene esta piedra de ancho poco más de cuatro dedos, está escrita con letras y números griegos en cuadro y su forma es la que sigue, las cuales letras dicen: Hodo Acromino obispo de la iglesia de Bigastro, consagró esta iglesia de San Vicente en el año tercero de su pontificado.” (De Ambel y Bernard).
Pese a este descubrimiento y a que la losa desaparecería, los investigadores siguieron buscando sin éxito la ciudad perdida de Begastri. Fue en el año 1878 cuando se halló un ara con la siguiente inscripción:
IOVI OPTIMO / MAXIMO RP/ BEGASTRESI / VM RESTITVIT
A Júpiter óptimo máximo restituyó este simulacro y templo la república de los Begastrenses
(Fernández Guerra, 1879).
Se confirmaba por fin la municipalidad romana de Begastri, y la ubicación de la antigua ciudad, como así afirmó Aureliano Fernández-Guerra y Orbe en su publicación en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, “Deitania y su cátedra episcopal de Begastri”.
Hasta la década de los ochenta no comenzaron los trabajos arqueológicos, por el profesor González Blanco. Un importante hallazgo fueron dos de las puertas monumentales de la ciudad, de las que se extrajeron una gran cantidad de elementos arquitectónicos, así como restos de las esculturas y sarcófagos conservados en la actualidad en el Museo de Cehegín.
Destacan entre todos los hallazgos de Begastri sin duda su cruz monogramática, llamada popularmente Cruz de Cehegín, se trata de una espléndida cruz de bronce con una serie de símbolos que hacen referencia a Cristo, así como el sarcófago de Adán, encontrado en la puerta oriental, es un importante pieza de mármol de Carrara, elaborado en los talleres de la propia Roma y traído a Begastri por algún cristiana adinerado en la primera mitad del s. IV después de Cristo.
SU VISITA
El yacimiento es visitable en la actualidad, siendo objeto de varios trabajos de consolidación y restauración. Ubicada en una posición privilegiada en lo alto de un cerro, su visita nos enseña lo que fue un municipium romanum construido sobre un enclave ibérico y que alcanzó su plenitud en la época visigoda.
El yacimiento arqueológico de Begastri se puede visitar todos los fines de semana y previa reserva para grupos entre semana.
También es interesante hacer una visita al Museo Arqueológico de Cehegín, donde se encuentran gran parte de los hallazgos encontrados en Begastri. El Museo tiene tres dependencias, el antiguo Ayuntamiento, el Palacio de los Fajardo, inaugurado en 1676 y cuyas fachada principal y dependencias fueron construidas en el año 1745 sobre anexos del castillo del siglo XII y otro edificio, situado en la calle Mayor que corresponde a una casa noble de menor tamaño del siglo XVIII.
MÁS INFORMACIÓN
OFICINA DE TURISMO DE CEHEGÍN
Calle López Chicheri, 8
Teléfono: 968 723 550 / 968 723 555
Email: oficinaturismo@cehegin.es
Web: www.turismocehegin.es
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CÓMO LLEGAR
Para llegar a Bigastri te proponemos un paseo por la Vía Verde del Noroeste, desde la cuál el acceso al yacimiento se encuentra a escasos metros.
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